lunes, 19 de agosto de 2013

Consejos para ahorrar y disfrutar de las vacaciones

Es posible disfrutar de unas vacaciones económicas con sólo prestar atención en algunos detalles:

Flexibilidad en fechas: Generalmente el precio de los pasajes suele aumentar en temporada alta y puentes, por lo que es mejor tomarse las vacaciones en meses como julio o septiembre para ahorrarse algún dinero en los billetes y aprovechar las promociones que lanzan muchas agencias y hoteles para captar a los turistas dispuestos a disfrutar de unos días de descanso, aunque no sea en pleno verano o época de mayor movimiento. Viajar en autobús o compartir coche también es una buena opción para evitar gastos innecesarios, aunque hay que tener en cuenta los atascos que se producen durante los meses de más movilizaciones.

Destinos económicos: Para pasarlo bien no necesariamente debemos ir al Caribe, New York, Egipto o cualquier otro destino más caro. Basta con pasar unos días en el pueblo u otros sitios no muy comerciales pero que son realmente bonitos. Se abaratan mucho los alojamientos, es más tranquilo, se desconecta totalmente del trabajo y la rutina y, aunque no lo parezca, hay muchas actividades para hacer, tanto de día como de noche.

Visitar localidades cercanas: Muchas veces buscamos vuelos baratos a los lugares que soñamos ir durante años, pero nos olvidamos de ciudades que nos rodean y que no conocemos. Inclusive se puede visitar un pueblo o localidad cercana en un solo día, con lo que, al final de nuestras vacaciones visitaremos varios destinos y sin gastar en hoteles o caros restaurantes. Pintorescos pueblos que tienen sus tradiciones, su encanto, su particular arquitectura, un viaje más que interesante sin alejarse mucho de casa.

Intercambiar casas: Esta modalidad se está poniendo muy de moda, aunque conviene en lo posible intercambiar hogar con alguien conocido, de confianza, para no llevarnos sorpresas luego de las vacaciones. Pero es una muy buena opción para ahorrarse el alojamiento, ya que si tenemos un amigo en otra ciudad podemos hacer coincidir nuestras vacaciones para que resulte más económico para ambas partes.

Alojamientos rurales o camping: Otra de las maneras de reducir los costes es ir de acampada. Sobre todo en grupo o en familia suele ser muy divertido y el equipo de camping se puede pedir prestado. Asimismo, ya sea para ir a la costa o a la montaña, también se puede alquilar una vivienda, lo que permite dividir gastos y es un precio mucho más asequible que un hotel. Al tratar con el propietario nos evitamos las caras comisiones de las agencias y sobre todo en época fuera de temporada suele haber ofertas increíbles.

Comer barato: Tanto en pueblos como en ciudades suele haber puestos de comida y mercados, además de bares y sitios con comida para llevar, que tienen muy buenas propuestas y para todos los bolsillos. Generalmente hay bastante diferencia de precios entre restaurantes en plena zona turística y los que están más apartados, que no por eso no sirven excelentes comidas.

• Paciencia, investigar y esperar: No siempre las cosas planificadas con tiempo salen mejor. Si se evitan los destinos más populares y masificados se llegan a encontrar ofertas interesantes, especialmente en alojamiento, porque los hosteleros ante el temor de no llenar todas las plazas de que disponen, rebajas sus tarifas, por lo que, si no hay preferencia clara por un lugar concreto, los viajes de última hora y a destinos poco usuales, pueden ser muy beneficiosos para el bolsillo.

Teniendo en cuenta todos estos consejos, irse de vacaciones este verano no tiene por qué ser todo un lujo. Vuelos baratos, ofertas de última hora, ahorrar en alojamiento y comida, todos estos detalles hacen que encontremos la manera de que nuestro presupuesto alcance para todo, sin privarnos de unos merecidos días de descanso que tan bien nos sientan, porque, al fin y al cabo, no es tan complicado disfrutar de unas vacaciones baratas que se adapten a la mayoría de los precios que teníamos en mente pagar.